domingo, 28 de noviembre de 2010

Aquel día que les conté tomé mi abrigo y seguí sus huellas a través del hielo. A medida que caminaba el mundo se congelaba detrás de ella. Para mí no había nada a lo que regresar, si fracasaba, fracasaba sola. La desesperación hizo que estuviera muy oscuro para ver, tuve que viajar por radar, rastreando su tibieza delante de mí. Ahora está de moda decir que cualquier error es cometido por ambas. Eso no siempre es verdad. Una persona puede fácilmente matar a otra.




Colgate de mí, querida, como rubíes en torno a mi cuello. Deslizate por mi dedo como un anillo. Dame tu rosa para mi ojal. Dejame hojearte antes de leerte en voz alta.

Picasso calienta mi corazón helado en el horno de su vientre. Su vientre está atizado al rojo vivo con amor de mí. He aprendido a alimentarla cada día, a llenarla de combustible que encuentro con gusto. He abierto los almacenes del amor. En el Continente te enseñan a guardar para los días de lluvia. La verdad es que al amor no hace falta guardarlo. Es fresco o no es. Nosotras somos frescas y copiosas. Ella es mi cosecha y yo la suya. Ella me siembra y me cosecha, caemos una en el regazo de la otra. Sus mares están rellenos de peces para mi caña. He pescado en ella una y otra vez.

Hoy ella está pintando. El cuarto está naranja de esfuerzo. Hoy ella está pintando y yo he escrito esto.


2 comentarios:

Blackhair5 dijo...

"Dejame hojearte antes de leerte en voz alta" Buenisimo!!!

Anónimo dijo...

Winterson ��