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sábado, 29 de enero de 2011

Abro la boca de la distancia
Y rio,
Con la sensación
Mordiendo la piel de mis hombros,
Que descienden tan debajo de ti.

Atrapo la altura de mi sueño
En inmensas bocanadas,
En elevadas pendientes,
Y Me voy buscando con tus manos
En la inmensa niebla,
Cerca  y dentro,
De tu blanco universo

El viaje me lleva
En profundos vaivenes
De palpitares e inquietudes,
A humedecer
La agonía exquisita,
y vertiginoso retorno
A los días sin ti


martes, 25 de enero de 2011

llamado de emergencia

Quiero tu cuerpo diplomático
a mi largo
Hacerme un recurso de amparo
para conseguir tu habeas corpus
Voy a constituir domicilio
donde tu voz se haga gemido
Y quedarme Y correrme
hasta que dictes mi orden de desalojo
Me desperté burócrata esta mañana
con ansias cuadriculadas por tu nombre
Publíquese
Archívese en el Boletín Oficial
y a ver si de una vez por todas
te das por enterada

lunes, 14 de junio de 2010

Tango

La ciudad no eras vos
No era tu confusión de lenguas
ni de sexos
No era el cerezo que florecía -blanco-
detrás del muro
como un mensaje de Oriente
No era tu casa
de múltiples amantes
y frágiles cerraduras

La ciudad era esta incertidumbre
la eterna pregunta -quién soy-
dicho de otro modo; quién sos.

"Otra vez eros" 1994

domingo, 9 de mayo de 2010

Cuando llego al bosque eres el aire. Allí apareces con toda la fuerza de la espiral del mundo, amazona, compañera salvaje que llevas en tu pulso el del amor, savia de siglos de una especie nómade ebria de raíces. En el silencio de sombras una siembra de luz florece el porvenir.
Cuando llego al bosque los mensajeros del cielo enmudecen . Mi corazón, niña mía subterránea, mi corazón…hierba de mar en tus aguas dulces.

viernes, 1 de enero de 2010



Lo que más recuerdo son tus besos...

Ya sé que vas a reír cuando lo leas, pero realmente tus besos eran muy especiales. Yo nunca los esperaba, y de repente los sentía depositarse en el pómulo, o en la comisura de los labios, como una mariposa diminuta que hubiera llegado volando alegremente desde algún lugar mágico del universo, para marcharse enseguida con un aleteo tibio, dejando tras de sí un leve aroma a hojas de otoño, y a flores ausentes. No han vuelto a besarme de esa manera.
Supongo que el secreto está en que tú ponías el alma en tus besos, y tu alma era enorme, la más grande que he conocido nunca.
Al principio no me di cuenta, porque yo estaba acostumbrada a las almas que son como los arroyos de las montañas, ruidosas y efímeras, y como no tenía referencias las confundía con espíritus fuertes, aunque en realidad son un pequeño volumen de agua muy agitada. En cambio la tuya estaba camuflada bajo aquella serenidad que recordaba la de un océano en calma. Un océano cálido, además.
Yo la relacionaba enseguida con corrientes tibias y colores claros. O con corrientes claras y colores tibios, bien mirado.
Después, siendo ya una experta, he conocido a otras personas con en alma casi tan grande como la tuya, pero la mayoría eran almas frías y oscuras. Incluso tenebrosas, en algunos casos. Supongo que es difícil llenar de luz un alma tan grande como la tuya.
De todas maneras, ahora tengo debilidad por la gente con el alma grande, porque me recuerdan a ti...

Ella tenía ojos de adormecedora de mares
-
Ella había escondido un sueño en un armario oscuro

-
Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos
-
Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla
-

Vicente Huidobro

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Love Heroines

La ofrenda
"Para probar que aun más que a mí misma la amo,
A la mujer que quiero le ofreceré mis ojos.
Le diré en tono tierno, jubiloso y humilde:
-He aquí, amada mía, la ofrenda de mis ojos.
Te entregaré mis ojos que tantas cosas vieron.
Tantísimos crepúsculos, tanto mar, tantas rosas.
Estos ojos -los míos- se posaron antaño
En el altar terrible de la remota Eleusis,
En la belleza sacra y pagana de Sevilla,
En la Arabia indolente y en sus mil caravanas.
Vi Granada, cautiva vana de sus grandezas
Muertas entre cantares y perfumes muy densos.


¡Te regalo, mi Amada, todo lo que he mirado!
Y regreso trayéndote cielos grises y alegres,
A ti que te amo tanto, la ofrenda de mis ojos .."


lunes, 14 de diciembre de 2009

Solo un beso: Marita troiano


Poema en audio: Sólo un beso de Marita Troiano por Marita Troiano

...>Un beso simple
Complicado
Largo
Entrecortado
Un beso halcón   beso paloma
Entrelazados los alientos
perdida en el vacío la cordura
Cualquier cosa por un beso de tu boca
Un beso que hable lenguas vivas  lenguas muertas
Sumidas en un ritmo inverosímil
Un beso pronto
Antes de la censura de los jueces
Antes de que me borres de tu vida.


      

Contra lo ordinario

 
Nadie ha podido demostrar hasta ahora  
de manera fehaciente 
que los pequeños deseos

son más fáciles de conseguir que los grandes.

Sólo se ha podido demostrar

de manera fehaciente

que son más numerosos.»



Cristina Peri Rossi

El poema pertenece a Estrategias del deseo, poemario publicado por Lumen (Random House Mondadori) en octubre de 2004.

domingo, 22 de noviembre de 2009





Por el pecado de conmoverte
me convierto en el centro de tu imagen
en la historia perdida de locos
por los avatares de la ciudad q encontramos

 te persegui en los andenes
y las esperas
con la ciencia involuntaria q se creaba entre las dos
esa metodologia q nos explicaba la piel

en las reacciones q me robaba tu luz
yo condenada a querer cada rincon de tus espacios
ansiosa cantante de viaje por tus lunas
me muero involucrada en la respiracion q te arrulla

y todas las noches
te calmo los sueños
de esquizofrenica feliz
dormida entre mis brazos

martes, 27 de octubre de 2009

Que sepa Volar


Qué delicia el de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un sólo vuelo!
Después de conocer a una mujer etérea ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando


Oliverio Girondo